29 may 2009
Hablemos de la conquista. Pero no de la conquista de Colon, si no de cómo vos... conquistaste mi corazón. Es un terreno difícil de colonizar, es más… para entrar a él existen miles de puertas. Yo nunca pensé que ibas a tocar ésa puerta, digo… la puerta correcta, y tampoco nunca pensé que te animarías a entrar. Pero sí… lo hiciste. Fuiste el único... ¿Y sabes qué? GRACIAS por hacerlo. Porque desde que vos estás ahí dentro… yo soy feliz. Desde el mismísimo momento en que vos entraste y te adueñaste loca y perdidamente de él… yo me enamoré. Y a todo esto… ¿Sabes porque sos difícil de explicar? Porque las cosas del corazón… no tienen explicación. Y vos… vos sos del mío. Vivís en él hace varios meses. Sos como su rey. Y también pienso que… a medida que pasa el tiempo, mi corazón es cada vez más inmenso… cada vez tiene más espacio para nuestras aventuras, sueños y deseos. Pienso que cuando lo dejas solo y mal por algún motivo… deja de bombear. Se para, queda quieto. Porque… te necesita, te necesita para estar vivo, para seguir latiendo, cada vez más fuerte, a la par de nuestro amor. Mi corazón tiene un nombre, y ese nombre es el tuyo… y te digo más… mi corazón es casi tan hermoso como vos. Está lleno de colores, es como un paraíso en el que solo aparecen ustedes dos, vos y mi amor, digo… el amor que te tengo a vos. Es gracioso pensarlo así, ¿Cómo una persona puede caber en un corazón del tamaño del puño de mi mano?… Se puede, es increíble y difícil... pero créanme, es cierto… juro que no les miento.