Te propongo la mágica aventura de estar juntos para siempre.

7 jul 2009

Fingir que todo está perfecto, mientras duele. Que frase que se las he visto a muchos. ¿Será porque tienen miedo de decir la verdad? ¿Será porque no se animan a enfrentar? ¿Será porque nadie los escucha, entiende o ayuda? No sé porque será. Pero ese fingir, esa palabra que nunca me gustó. Y no niego que no he fingido... pero que cosa fea ¿no? Horrible diría yo. Despertarte con un feo y mal pensamiento, mirarte al espejo y empezar a ensayar sonrisas mientras se te cae una lágrima, una y otra más... y se te inunda la cara. Sonreír, reírse, fingir estar bien, feliz, conforme y contento... mientras, por dentro, te carcome la angustia, te aguantas las ganas de gritar o de llorar. Y si, debe ser muy feo. Y más si se finje por amor. Fingir que no, que no amas más, que ya superaste tu problema... cuando por dentro, no sabes a quien más pedirle ayuda. No, no hay que darse por vencido, no hay que fingir, no hay que esconder... ¿para qué? Basta, se acabó eso, no te tiene que doler, el corazón... tiene que saltar, picarte de alegría. Así que ahora, metes en una caja tus miedos, tus malos días, tus penas, tus lágrimas y hasta tus caras y esas sonrisas forzadas ¿Que haces con tu paquete? Lo despachas... Adonde te preguntaras, ahí mismo... AL OLVIDO.