Comienzo de una historia... comienzo de algo nuevo, de una amistad más. Comienzo de nuevas risas y nuevos puntos de vistas, de nuevos abrazos, de nuevas miradas y de una nueva forma de hablar. Un te quiero más, un te amo más. Otro espacio en mi corazón. Otros problemas, otros celos. Una nueva forma de aceptar. Otro tipo de ternura y otro tipo de dulzura en las palabras. Algo sincero, algo rápido. Alguien más en quien confiar. Pasaron meses, y el amor... el amor se volvía cada más grande. Los abrazos aumentaban y duraban más. Los besos en las mejillas eran más lentos, más suaves. Las miradas más profundas... y hasta tentadoras. Aumentaron las horas de vernos, y hasta quedabamos a solas charlando. Nuestras manos ya se agarraban al caminar, y mi felicidad aumentaba más y más. Llegó una etapa difícil. O dejar, o seguirla. Y si, la seguí. Porque algo había, ese gustito a único lo sentía. Descubrí a una persona maravillosa, capaz de dar muchas cosas por los demás, se preocupaba por mi bien, me vio reír... me vio llorar. Y aún así, me quería... la remaba, me buscaba... y me abrazaba. Descubrí una persona hermosa, única. Y sin importar cuantos defectos tenga o sin importar lo que los demás decían... me arriesgue, por el solo echo... de que conmigo, era diferente, lo notaba. Pasábamos madrugadas enteras hablando, tuvimos un día en común y hasta... me compró una coca con la única plata que tenia en su bolsillo. Era lo más tierno que en mi vida conocí. Esas caritas al enojarse o esos celos sin medidas. Hablando y pasando momentos... descubrimos, que podíamos llevarnos bastante bien... pero de otro modo. Empezaron los cientos de mensajes, las cientos de caritas, las cientos de canciones dedicadas, las cientos de miradas, y esos abrazos... que cada vez eran más largos. Intercambiamos pensamientos y opiniones, y hasta aparecieron esas firmas y esos posteos sospechosos. Si, realmente algo... pasaba. Realmente el sentía algo por mí, y yo empezaba a sentirlo por el. Nunca se lo dije a nadie, siempre lo negué. Y así me fue. Como en toda situación hubo una en la... que... las cosas no dieron para más. Y yo dandome cuenta que el no iba a hacer nada... me lanze al primer beso. Se lo di, se los di. Besos en la parada de cole, besos en el cole. Besos ricos, besos largos. Me entendió, lo entendí. Desde ese momento, se nos cayó el mundo. Desde ahí mis días se llenaron de sueños con el, desde ahí... entre salidas y salidas, entre besos y besos y esos abrazos... que cada vez eran más y más largos. Decidimos intentar una nueva forma de vida, de a dos. Aprender a aceptar, compartir. Y así lo decidimos, y entre peleas y peleas. Entre tantos celos y tantos días de distancia. Llegamos a la conclusión de que estamos echos el uno para el otro. Yo nací para estar con el. Yo nací para amarlo, nací para compartirle y confiarle absolutamente todo. Nunca me voy a arrepentir de todo lo que pasamos. Tanto cosas buenas como malas. Buenas, porque fueron inolvidables. Y malas porque de cada una de ellas, algo se aprende. Y con el correr de unos cuantos meses más... ya hace 17 meses y un día de ese 21 de Marzo. Increíble ¿no? Ya hace casi un año y un mes de esa parada, de ese colectivo. Acostumbrada a tenerte conmigo, si me dejaras yo no se que haría. No podría ni con lo más sencillo sin vos. Sos lo que le da alegría y fuerza a mis días. Sos lo que siempre llevo conmigo, allá arriba y acá. En mi mente, y en mi corazón. No hay día que no piense en vos. No hay día que no te necesite y no hay día que no te extrañe. Te amo, con todas las fuerzas del universo. Con cada parte de mi cuerpo. Con mi alma entera, con mi vida, con mi corazón. Con todo lo que te puedas llegar a imaginar. Te amo en lo cierto y en lo falso. Con tus cientos de defectos y tus miles de virtudes. Te amo y quiero hacerlo hasta el final. Porque quiero mi vida al lado tuyo, porque descubrí que sos mi alma gemela, que no hay otro mejor que vos. Felicidades, me enloquesiste, me adueñaste, me ... me enamoraste.
Y como siempre te lo dije, pensar que en su momento fuiste un don nadie, y ahora... sos la razón de mi existir.