Ser una persona… no es nada fácil. Todo tenemos nuestros miedos, nuestros defectos, nuestro malos modos y malos tratos, nuestra mala manera de pedir las cosas, nuestros enojos, nuestras manos que a veces pegan, nuestra bronca interminable, nuestra fea manera de pensar, nuestro orgullo insoportable, nuestra histeria invancable, y nuestras ganas… de no tener ganas. Todos tenemos nuestro buen humor, nuestras virtudes, nuestra buena onda explosiva, nuestras caras graciosas, nuestras risas, sonrisas y carcajadas contagiosas, nuestras alegrías y anécdotas que dan calambres, nuestros buenos pensamientos, nuestra sinceridad y solidaridad, nuestra alma de amistad, nuestro amor, nuestra felicidad y nuestras ganas… de no parar. Y encima de todo eso, tenemos que aprender a combinarlo con los demás, aprender a aceptar y no aceptar. A dejar, a olvidar, a perdonar, a agradecer, a callar, a hablar, a besar, a abrazar, a triunfar, también a fracasar, aprender lo que es el bien el mal, el buen humor y el mal humor, lo derecho y lo izquierdo, aprender a cocinar, a manejar, a lavar, a plancha porque no. A limpiar, a ordenar, a estudiar, a elegir, a entregar, a regalar, a recibir, a donar, a compartir, a decir hola y chau. Aprender que existen las despedidas, las perdidas, el odio, la envidia, el llanto y la risa[..] No… ser una persona… no es nada fácil.
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